jueves, 3 de julio de 2008




Foto:Archivo / Últimas Noticias
La otra cara de ser bella es muy peligrosa y si no se la utiliza con sabiduría puede ser un arma mortal.
En un mundo donde las mujeres sueñan con tener un cuerpo perfecto. La belleza se ha reducido a un 90-60-90, pero habría que preguntar porqué solo se habla de las medidas y peso del cuerpo, cuando hay que tomar en cuenta también las medidas y el peso del alma de los sentimientos y de la intelectualidad de la mujer, que sin duda es la verdadera belleza. Un estudio realizado en los Estados Unidos dejó saber que de 10 mujeres bellas (la belleza en este estudio esta basada en lo que el mundo propone por belleza), 7 de estas mujeres se embarazaron en la adolescencia, no terminaron su colegio ni universidad y las siete son divorciadas. De las 3 restantes 2 han generado vicios y han llegado al suicidio y solo una ha salido adelante. Esto muestra que la educación que les demos a nuestras jóvenes es de vital importancia, no les enseñamos que la belleza no solo esta en el cuerpo, la belleza va mas allá.
No solo hay que lucir bella hay que ser bella y esto viene de adentro del alma, de tus sentimientos, de tu capacidad de vencer obstáculos, de reponerte en las pruebas de ser integra en tus convicciones y ser un ejemplo a seguir. Cuando una joven descubre en su pubertad que es bella se confunde y comienza a utilizar la belleza física para conseguir sus objetivos. Pero cuidado la belleza no es eterna y podría traer serias consecuencias en la autoestima.
Los medios de comunicación se esmeran por dar tips de belleza y nutrición, y se olvidan de alimentar el alma, por eso vemos caras hermosas pero con vacíos enormes en el cerebro y en el alma. Mujeres debemos alimentar y cultivar el alma. Como se logra esto entendiendo que hay un espejo más revelador que el que tenemos en el armario y es el espejo de la conciencia.
La mujer virtuosa es aquella que además de verse bien ejercita el músculo del cerebro se espesa bien, piensa positivo, es cariñosa, tierna, trabajadora, amigable, sutil, su conversación es edificante y no destructiva. El gimnasio del cerebro es la educación. La feminidad es un don que Dios nos ha regalado debemos rescatarla. No importa las medidas que tengas en tu cuerpo ahora, se feliz como eres con tus logros por lo que eres y no por lo que tienes. La superficialidad y la vanidad son malas consejeras.
La verdadera cara de la belleza esta en tu alma, quiérete y respétate tal y como eres. Toma la decisión y el reto de amarte a ti misma para ser amada y respetada por los demás.
No existe la mujer fea, solo la que quiere verse así.


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